Orígenes de la cultura vinícola en Mallorca
La historia del vino en Mallorca se remonta a la época de los romanos, que fueron los primeros en introducir el cultivo del viñedo en nuestra isla. El gran historiador Plinio, en el siglo I aC, cita los vinos baleáricos y los compara con los mejores de Italia. Desde aquella época, la elaboración de vino en la isla ha sido una constante, con mayor o menor éxito.
Los romanos introdujeron el viñedo en Mallorca y en el siglo XIV ya se documentan las primeras bodegas, que pertenecían a la Iglesia y al rey. Encontramos referencias en Inca, Palma y Alcudia. En aquella época ya existían leyes que regulaban el cultivo y el comercio del vino y en los siglos XV y XVI la elaboración del vino proporcionaba trabajo a las poblaciones de Inca, Alcúdia y Felanitx.
La eclosión del cultivo del vino
Fue en el siglo XVII cuando se extendió el cultivo de la viña, gracias al impago del diezmo (si se cultivaba el viñedo) y el consumo habitual de vino y aguardiente que abría el mercado tanto en Mallorca como en el exterior. A finales del siglo XVIII y principios del XIX tuvo lugar una crisis debido a la exclusividad del cultivo del viñedo, así como algunos episodios bélicos e impuestos que agravaban la producción del vino. En pleno siglo XIX el cultivo de la viña y la producción de vino se recuperaron a pesar de algunas plagas, como la boquilla (1834) o el oídio (1851). La aparición de la filoxera en Francia, en 1863, favoreció más esta recuperación por la fuerte demanda de vino desde el país afectado. El Tratado comercial con Francia (1879) abrió un período al alza para el viñedo y el vino en Mallorca. Esta situación supuso que se arrebataran otros cultivos (como los almendros) para cultivar viñedo, llegando a las 30.000 ha de explotación. Es en la segunda mitad del siglo XX cuando la elaboración del vino en Mallorca se ha convertido en un suceso. En 1990, se reconoce la primera denominación de origen de vinos de Mallorca: la DO Binissalem que aglutina los vinos elaborados en cinco municipios: Santa María del Camino, Sencelles, Binissalem, Consell y Santa Eugenia.
Después, en 1999 llega el turno a la DO Pla i Llevant. Y ya en la primera década del siglo XXI, en 2007, se reconoce y regula la indicación geográfica 'Vino de la tierra de Mallorca', que agrupa a más de 70 bodegas.
Viticultura ecológica
Hemos tenido el placer de hablar con Bernat Monserrat, joven campesino ecológico. Según las palabras de Bernat “el viñedo forma parte de la identidad paisajística de todo el Mediterráneo, ya sean para consumir su fruta o para elaborar vino.
Estos viñedos se intercalan con el resto de los usos agrícolas principales: cultivo de cereales, huerta, matorrales y praderas de pastoreo. El mosaico resultante es un paisaje único y rico en tonalidades y colores que van cambiando por las estaciones. Esta diversidad de hábitats no sólo nos resulta agradable a nosotros, también ayuda a hacer de despensa, de casa y de patio a un sinfín de especies de insectos y también de aves.
Desgraciadamente esto no es así por todo, hay zonas donde se fumiga haciendo una agricultura intensiva que altera o elimina por completo toda esta fauna que habita en nuestro mosaico. Estas alteraciones en los ecosistemas suelen acabar desembocando en plagas, pérdida de la fertilidad natural del suelo o pérdida del suelo por la erosión de la lluvia. Otras consecuencias que acaban repercutiendo en la sociedad que habita esta zona son la contaminación de acuíferos por abonos y pesticidas y la sobre explotación de éstos provocando salinización del agua y una larga lista más de problemas.
Afortunadamente cada vez hay más campesinos y campesinos que llevan a cabo una agricultura ecológica que preserva y mantiene nuestro territorio. Con la ayuda de APAEMA con sus cursos y asesores que ayudan a implantar nuevas formas de hacer las cosas y el CBPAE que verifica y asegura que los productos etiquetados como ecológicos realmente lo son.
Precisamente en la viticultura ha sido uno de los sectores en los que más se aplica este tipo de agricultura ya que ayuda a maximizar la calidad del producto. Encontramos numerosos ejemplos de bodegas que han comprendido que ecológico y calidad van ligadas.
Miquel al frente de la bodega son Alegre, Barbara Mezquida con Mezquida Mora, Xesc Grimalt a 4kg, Miquel de vinos can Coleto, Catalina de Galmes y Ribot y Eloi Perelló entre otras muchas.
Estas personas aparte de elaborar buenos vinos y cuidar unos viñedos que salvaguardan los ecosistemas, también han contribuido a preservar y mejorar un patrimonio genético de incalculable valor de todas las variedades de viña Mallorquinas como Callet, Manto negro, Fogoneu, Prensal, Malvasia, Macabeo y una larga lista más.
Así gracias a estas bodegas ya muchos otros pequeños viticultores se aseguran que este patrimonio vinícola perdure para que las próximas generaciones puedan seguir disfrutando.”
El vino en Felanitx
Felanitx es conocido también por ser tierra de vinos. En la primera mitad del siglo XX había una importante producción vitícola, impulsada por la estación enológica, donde se realizaban estudios relacionados con el cultivo de la viña y la elaboración del vino. El edificio de esta estación enología, El Celler cooperativo de Felanitx, más conocido como El Sindicat, fue el más grande de las bodegas de vinos mallorquines. Aún existe, y hoy día, es utilizada como sede de los servicios sociales del municipio.
La Bodega, fabricó y vendió un producto que hasta 1923 sólo se comercializaba en el municipio felanitxer. Pero los años pasaron y paralelamente al nuevo nacimiento de las denominaciones de origen la venta se extendió a lo largo de la isla con el objetivo de dar salida a la cosecha de los campesinos que no tenían bodega propia y debían malvender la su producción.
En inturotel estamos orgullosos de ser embajadores de estos vinos de gran calidad y respectuosos con nuestro entorno contribuyendo con nuestro granito de arena al mantenimiento de nuestro paisaje y diversidad biológica.
Te animamos a sumarte a ese movimiento eligiendo un buen vino ecológico durante tus vacaciones. ¡Te esperamos!